JASMINE FIORE, HOMENAJE A UNA CONEJITO PLAYBOY

Contábamos el otro día la triste historia de Jasmine Fiore, la playmate que fue descuartizada y metida en una maleta supuestamente por su novio.

Lo cieerto es que me sorprendí un poco porque al principio ni siquiera quería escribir un post sobre ella. Un amigo me habló del caso y tuve la curiosidad de ver cómo era, para lo cual utilicé google (la Biblia del s. XXI). Bien, estuve como una hora visitando unas veinte páginas web hasta que conseguí algunas fotos medianamente decentes. Prácticamente nadie la conocía. ¡Hablamos de una chica playboy! Cuando todos sabemos que el sexo es lo más buscado en internet…

Eso me hizo pensar un poco en la pobre chica. Una cara angelical; ojos felinos, labios sensuales, dentadura perfecta… medidas de escándalo, unos senos divinos (pagados, pero divinos), unas curvas de impresión… ¿Por qué había tan pocas fotos de ella?

Claro, porque hoy en día debe de haber miles de chicas como ella. No sé a vosotros, pero a mí me parece un poco triste. Estoy convencido que esta escultural modelo quería llegar mucho más lejos de lo que hizo. Y quizás el no tener un nombre, o unos contactos, o no querer rebajarse… o incluso no claudicar y ponerse de rodillas ante un viejo ochentoso fue lo que la hizo pasar casi desapercibida entre las otras conejito.

Por eso desde El Manguera, queremos rendirle este pequeño homenaje a un bellezón que se nos fue demasiado pronto.

¿Por qué las chicas guapas siempre eligen a tipos malos para compartir su vida?

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LA PLAYMATE DESCUARTIZADA

Cuando los policías encontraron la maleta se dieron de bruces con un espectáculo dantesco: en su interior aparecían los restos de una mujer joven cortada a pedazos, en tan mal estado que parecía imposible reconocerla. Hasta que uno de ellos dijo: «Eh, yo conozco ese par de tetas«.

Hasta aquí la coña.

Este fin de semana la tragecia se cebó de nuevo con la muerte de una mujer en Estados Unidos; otro triste dato para la estadística de la violencia de género que sin embargo ha sido noticia por tratarse de una señorita más o menos conocida a la que tuvieron que identificar gracias a sus implantes mamarios.

Su novio (al que eludiré en añadirle una serie de adjetivos porque de momento es solo «presunto» autor de los hechos) también era una antigua estrella de la televisión.

Jasmine Fiore, que así se llama la difunta que ha puesto al conejito Playboy de luto, nunca fue una de las destacadas de la revista, pero ya había realizado algunos posados y poco a poco iba abriéndose camino en el mundo del espectáculo. Soñaba con poder presentar algún día un programa de música, su pasión.

Un descerebrado, una cruel broma del destino, una víctima de la mala educación… Una desgracia, en definitiva, la privó a ella de dicho sueño y a nosotros de poder seguir contemplándola.

Descansa en paz, Jasmine, en la zona vip de ese cielo que Dios le reserva a los más bellos de sus ángeles.

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EL MEJOR TRUCO DE DAVID COPPERFIELD

Pues sí, ya sabéis que me gustan este tipo de chistes: el mejor truco del mago e ilusionista David Copperfield fueron los polvitos mágicos que le echó a Claudia Schiffer, je, je.

No, la verdad que hablo ahora de este tema porque el famoso mago ha sido denunciado por una ex miss estadounidense de haberla agredido sexualmente en su isla privada de las Bahamas. Copperfield se ha defendido de la acusación diciendo que ni la tocó, que como no la violase por… bueno… por arte de magia. La verdad es que no ha sido una gran defensa, no.

Personalmente, siempre me ha gustado la magia, pero nunca he simpatizado mucho con Copperfield u otros ilusionistas efectistas como él. Yo parto de la base (lo siento, soy así) que lo que hacen son trucos, ilusiones, juegos de manos, luces y sombras… vamos, que no es real. Pero me entretienen y me fascinan igual que puede hacerlo un buen bailarín o un excelente cómico.

Por eso prefiero a los genios como el gran Juan Tamariz y su verborrea chispeante y locura entrañable (anotación personal: tengo que dedicarle un post para él sólo próximamente). Un tío que estoy convencido que, aunque se descubriese el truco, te seguiría cayendo simpático.

En cambio Copperfield, con ese aire de playboy enigmático, esa falsa modestia de: «Sí, puedo caminar por el agua pero tampoco es para tanto… también lo hacía un tal Jesús, ¿no?«, pues como que no me va.

Os dejo el vídeo del famoso truco donde hizo desparecer la Estatua de la Libertad y otras pequeñeces. Os pongo este porque está en castellano, pero no he encontrado ninguno de mejor calidad. Es curioso.

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