Yo sabía que la desaparición de Marta (que, como todos, esperaba que fuese momentánea) la tenía su novio, Miguel. O su ex novio, o su rollo o como quisiera llamarlo.
Sé que es fácil decirlo a posteriori pero es la verdad. Intuición masculina, podríamos llamarlo. Por supuesto, no tengo ni idea de qué tipo de relación tenían ni cómo sucedieron los hechos, pero mirad la foto de arriba. Marta era una chica normal, una chica como cualquier otra de las que pasean por la calle… una chica de su tiempo. Y por desgracia, veo últimamente que los tiempos se nos están escapando de las manos.
Llamadme retrógado, paleto o chapado a la antigua, pero yo veo en los jóvenes de ahora cosas que no son normales. Críos y niñas que aún no le han salido los dientes ya están hablando de sexo. Y hablan con conocimiento de causa. Nada de comentar las películas porno del Canal Plus; hablan de chupar pollas, meterla en caliente y otras cosas parecidas. Los embarazos no deseados no dejan de crecer y aún hay un alto índice de la chavalería que piensa que ponerse el condón no es una obligación, que hay otros métodos efectivos para no pillar nada ni quedarte preñada.
Pero lo peor no es eso.
Lo peor es que los adolescentes están manejando unas emociones que no controlan. Aún están muy influenciados por la televisión, las modas, las amigas… Saltan de una relación a la siguiente cada día; ligan a través del móvil o de internet; no quieren enamorarse, sólo quieren «pillar«.
Y esto a veces provoca engaños, celos, insultos, peleas… agresiones. A una edad en la que piensas que a ti «no te va a pasar nada», porque eres jóven y especial y el resto del mundo puede irse al infierno.
La respuesta de los padres es cojonuda: «Yo ya la dejo porque no puedo hacer nada con él/ella«.
Pues bueno, por fale, pues me alegro.
Así nos va. Hay una frase brutal que seguramente no es suya, pero aparece en la letra de una canción de Xhelazz: «Educa a los niños para no castigar a los hombres».
Amén.
P.D.: Como muestra de que ya no hay respeto por nada, ya circulan por la red varios chistes en relación a la pobre Marta. El otro día me contaron uno:
«¿Cuáles fueron las últimas palabras de Marta del Castillo?»
«Aquí… o follamos todos o la puta al río?»
¿Os ha hecho gracia? Ya…
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