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Bueno, pues un capítulo más de vuestra sección favorita.
Cómo me molan estos de Interviú. Y no, no lo digo con rintintín: agarran el teléfono y llaman a cualquiera: que si de Gran Hermano, que si de OT, que si Supervivientes, que si Pekín Express, que si la azafata que salía en no sé qué sitio… o, por qué no, una de las chicas que se presentó al programa de Curso del 63 para vivir encerrado en un internado que semejaba ser un colegio privado de aquel lejano año (como ya pudimos ver en este post anterior).
Y Marta Ríos, la joven madrileña de 19 años que aparece esta semana en la revista… descolgó el teléfono. Y es que… luego dicen que si esto que si lo otro… cualquiera que se presente a un reality lo hace buscando fama. «No, por la experiencia… es que necesito una casa para mis padres enfermos… yo ni siquiera sabía de qué iba, me apunté por un amigo»… Mentira.
En el siglo XXI, la fama es la nueva moneda de cambio a nivel internacional. Es la pura verdad.
Y para conseguirlo lo mismo te da participar en un reality, enseñar las tetas, salir con un famoso o pegarle una paliza de muerte a un profesor.
Y oye, que conste que a mí, de los anteriores ejemplos, el que más me gusta es el de enseñar las tetas. ¡Pues claro que sí, Marta! Que estás en la flor de la vida y quien sabe… quizás ya no tengas más ocasión de enseñarlas… Pagándote, me refiero. Bueno, olvida eso, que suena muy mal. Que haces muy bien, y que tú lo vales… ¡guapa!