Nunca he sido un forofo de Los 4 Fantásticos. Son de esos personajes tan perfectos y tan políticamente correctos que me dan siempre cierta pereza. Es como si La Tribu de los Brady hubiese conseguido superpoderes, ¿sabéis?
No obstante, me decidí a comprarme la etapa de Mark Millar y Bryan Hitch porque me entusiasmaron sus Ultimates y porque de Millar me flipa casi todo, sus diálogos, sus tramas… pero sobre todo sus escenas de acción. Es como los hermanos Wachowski de los comics pero en un único tío.
Sin embargo, su primera saga de cuatro números en la colección («Los mejores del mundo«) me defraudó. No me parece siquiera un cómic de grupo, porque el protagonista absoluto es Reed Richards y el resto están casi de rebote. Aparte, el argumento de los cuatro números se podría haber contado en un sólo cómic de 24 páginas y aún así con todo, el final parece algo precipitado y chapucero, como si no hubiese sabido dosificar la historia.
Si a todo ello le sumamos que el dibujo de Brian Hitch (que únicamente me gustó en los mencionados Ultimates) está en horas bajas… pues ya me diréis. El dibujante dice que la falta de detallismo es consciente, dado que quería dibujar todos los números de la etapa, motivo por el cual le obligaba a hacer unos bocetos menos acabados. Es algo que le honra, porque normalmente en estos casos ponen a cualquier idiota con un lápiz y te jode toda la saga (es como si en medio de una película interpretada por Javier Bardem, durante quince minutos su personaje lo interpretase Chiquito d ela Calzada para volver a aparecer otra vez Bardem).
De todas formas, sé de buena tinta, que esto solo es el principio, que la serie mejora (y mucho) en los siguientes números y ese Doctor Muerte que aparece en las últimas páginas pidiendo ayuda en sólo el principio de una acción trepidante en la siguiente aventura: «La muerte de la mujer invisible«.
Sinopsis: una exnovia del pasado acude a Mr. Fantástico para pedirle ayuda sobre un proyecto ultrasecreto destinado a salvar la población humana cuando el planeta Tierra se extinga. Por supuesto, la cosa se complica cuando un robot gigante programado para destruir amenazas decide hacer la guerra por su cuenta… y nunca mejor dicho.
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Escrito por elmanguera 
Mi plan para dominar el mundo 