FOLLANDO EN GRAN HERMANO

¿Por qué, Indhira? ¿Por qué?

La gente me critica porque veo Gran Hermano… ¡e incluso hablo de ello! Pero, ¿cómo no me va a gustar? Si es como la vida misma. Fijaos en Indhira y Arturo: la típica niña mona y pija que sale con el macarra. Él, que se crée el puto amo del universo, la trata a patadas, la insulta, la humilla, le dice de todo… y ella va aguantando, aguantando… de vez en cuando se pone a llorar… y cuando el otro se acerca buscando un poco de sexo… pues nos abrimos de piernas. Como la vida misma, ya digo.
Que ojo, no estoy insinuando nada malo. Lo que sucede es una mera atracción física que se ha producido porque están encerrados en una casa donde no hay nadie más que les interese y de la que no pueden salir (de momento). Todos saben (ellos incluidos) que cuando el concurso se acabe, adiós muy buenas.
Mientras tanto, nos están regalando estos momentos de los famosos edredonings. ¡Qué bien se lo están pasando! Pero como la cosa siga calentándose, más que los deditos, Arturo va a tener que meterle el puño a la buena de la malagueña-hindú.
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